Puente rojo de Shinkyo |
El Santuario Toshogu: Es una de las razones para visitar Nikko porque es espectacular, fue construido de 1634 a 1636, en los primeros tiempos del período Edo, en ese tiempo más de 15.000 artesanos y carpinteros de todo el País trabajaron en la construcción del Mausoleo donde descansan los restos de la familia Tokugawa, (todos están enterrados en dirección norte para que sus espíritus protejan Tokio) se puede comprobar mirando el blasón familiar con tres malvarrosas, y que encontramos en muchos lugares del Santuario. Sorprende por su gran decoración y el color y brillo de sus tallas de madera que mezclan de la forma más natural el Sintoísmo y el Budismo con numerosas Toriis. Nada más cruzar una Torii de piedra te encuentras en la entrada de este magnifico Santuario y con una preciosa Pagoda de cinco pisos, cada planta representa un elemento, tierra, agua, fuego, viento y aire (o vacío) en orden ascendente.
Cruzaremos la puerta principal del Santuario, con los dioses Nio a ambos lados, nos encontramos con unos antiguos almacenes y construcciones bellisimas con preciosas tallas de madera de hermosos colores, podemos también descubrir un establo bellamente decorado y en donde vemos el grabado en madera de los famosos tres monos sabios. Pasado el establo hay una fuente de granito ó Chozuya construida en 1618 típica de templos y santuarios japoneses en la que según la práctica sintoísta, los fieles se limpian lavándose las manos y enjuagándose la boca.
Nada más entrar están los Sanjinko (tres almacenes sagrados), los
imaginativos relieves de elefantes que hay en la planta del último
almacén se deben a que el artista que los realizo nunca había visto uno, por
eso si observas bien veras que los elefantes en las pezuñas tienen
garras en vez de uñas. Los muros que se extienden a la derecha y a la izquierda están decorados con esculturas de flores y aves de Japón, hasta llegar a la decorada puerta
Yomeimon. Vemos la puerta Karamon que es la más pequeña del Mausoleo y que no podemos cruzar por lo que tenemos que entrar por la derecha, en donde se encuentran el Haiden (salón de las plegarias) y
el salón principal Honden, el centro, por decirlo
de alguna manera, del Santuario.
A izquierda y derecha, se encuentran la Torre del Tambor y el Campanario. A la izquierda de la Torre del Tambor está la Honji-do (Yakushido).
La tumba de Tokugawa Ieyasu no se encuentra dentro de los santuarios, sino
en una torre adyacente, que recibe el nombre de Hoto. Los edificios no dejan de sorprendernos con una decoración deslumbrante
de brillantes hojas de oro e intrincadas tallas de colores y pinturas
de flores, bailarinas, animales míticos y escenas de la vida cotidiana, de la corte y de batallas. La guia nos dice que todos
los dragones que adornan el templo (un total de 100) son completamente distintos uno de otro,
lo que proporciona en si un maravilloso espectáculo. Todo el complejo es de una gran belleza y armonía y por temor a que su perfección
despertara envidia en los dioses, los responsables de su construcción decidieron colocar en la edificación de Yomeimon (que tiene la decoración
más bella de todo el conjunto), una de sus columnas de madera del revés y
así hacerla imperfecta a propósito.
* Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de wikipedia, Chibiaguia de viaje a Japón y la Lonely Planet, junto a las propias experiencias vividas durante el viaje. (Fotografías e ilustraciones originarias de Pedro García Barbudo).
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