lunes, 5 de octubre de 2009

NIKKO-MAUSOLEO TOSHOGU

Puente rojo de Shinkyo
NIKKO: Esta preciosa ciudad se encuentra en las montañas de la prefectura de Tochigi y a 150 km de Tokio. Tiene un Parque Nacional donde se encuentran las conocidas cascadas de Kegon, también hay preciosos bosques y el famoso y bonito puente rojo Shinkyo, que cruza el río Daiya, a solo 20 minutos de la estación de Nikko y que no se puede cruzar ya que el puente se considera sagrado, históricamente era para miembros de la corte imperial y sus generales.  

El Santuario Toshogu: Es una de las razones para visitar Nikko porque es espectacular, fue construido de 1634 a 1636, en los primeros tiempos del período Edo, en ese tiempo más de 15.000 artesanos y carpinteros de todo el País trabajaron en la construcción del Mausoleo donde descansan los restos de la familia Tokugawa,  (todos están enterrados en dirección norte para que sus espíritus protejan Tokio) se puede comprobar mirando el blasón familiar con tres malvarrosas, y que encontramos en muchos lugares del Santuario. Sorprende por su gran decoración y el color y brillo de sus tallas de madera que mezclan de la forma más natural el Sintoísmo y el Budismo con numerosas Toriis. Nada más cruzar una Torii de piedra te encuentras en la entrada de este magnífico Santuario y con una preciosa Pagoda de cinco pisos, cada planta representa a un elemento, la tierra, el agua, fuego, viento y aire (o vacío) en orden ascendente...

Cruzaremos la puerta principal del Santuario, con los dioses Nio a ambos lados, nos encontramos con unos antiguos almacenes y construcciones bellísimas con preciosas tallas de madera de hermosos colores, podemos también descubrir un establo  bellamente decorado y en donde vemos el grabado en madera de los famosos tres monos sabios. Pasado el establo hay una fuente de granito o Chozuya construida en 1618 típica de los templos y santuarios japoneses, en la que según la práctica sintoísta los fieles se limpian lavándose las manos y se enjuagan la boca.                              
Nada más entrar al Santuario nos encontramos con unos Sanjinko (son tres almacenes sagrados), los imaginativos relieves de elefantes que hay en la planta del último almacén se deben a que el artista que los realizo nunca había visto uno, por eso si observas bien veras que estos raros elefantes en las pezuñas tienen garras en vez de uñas. Los muros que se extienden a la derecha y a la izquierda están decorados con esculturas de flores y aves de Japón, hasta llegar a la decorada puerta Yomeimon. Vemos la puerta Karamon que es la más pequeña del Mausoleo y que  no podemos cruzar por lo que tenemos que entrar por la derecha, en donde  se encuentran el Haiden (salón de las plegarias) y el salón principal Honden, el centro, por decirlo de alguna manera, del Santuario. A la izquierda y a la derecha, se encuentran la Torre del Tambor y el enorme "Campanario". A la izquierda de la Torre del Tambor está la "Honji-do" (Yakushido).



Esta sala es más conocida por la enorme y hermosa pintura del Nakiryu (un dragón plañidero) que adorna todo el techo. Vemos un enorme Dragón Blanco pintado en el techo con una esfera blanca entre una de sus garras. Los monjes nos muestran amablemente las propiedades acústicas que tiene esta gran sala golpeando dos palos entre sí. Entonces el dragón "ruge" (hay que poner un poco de imaginación por nuestra parte) cuando los palos se golpean sólo bajo su hocico, pero no en ninguna otra parte de esta sala.





  La tumba de Tokugawa Ieyasu no se encuentra dentro de los santuarios, sino en una torre adyacente, que recibe el nombre de Hoto. Los edificios no dejan de sorprendernos con una decoración deslumbrante de brillantes hojas de oro e  intrincadas tallas de colores y pinturas de flores, bailarinas, animales míticos y escenas de la vida cotidiana, de la corte y de batallas. La guía nos explica que todos los dragones que adornan el templo (un total de 100) son completamente distintos uno de otro, lo que proporciona en si un maravilloso espectáculo. Todo el complejo es de una gran belleza y armonía, pero por temor a que su gran perfección despertara la envidia de los dioses, los responsables de su construcción decidieron entonces colocar en la edificación de Yomeimon (que tiene con diferencia la decoración más bella de todo este enorme conjunto), una de sus columnas de madera del revés y así hacerla imperfecta a propósito.




* Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de wikipedia, Chibiaguia de viaje a Japón y la Lonely Planet, junto a las propias experiencias vividas durante el viaje. (Fotografías e ilustraciones originarias de Pedro García Barbudo).                                                      

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