martes, 6 de octubre de 2009

KAMAKURA-JARDINES HASEDERA


Gran Buda sentado
KAMAKURA: Hoy visitamos el pequeño pueblo de Kamakura que tiene un encanto sin igual,  y en el cual se encuentran dos maravillas del Japón, como son el Gran Buda Sentado y los Jardines de Hasedera. Kamakura es un pueblo montañoso ubicado en la costa a 50 km de Tokio y que actualmente apenas llega a los 200.000 habitantes. Se le puede dedicar medio día en visitarlo o un día entero si además se da una vuelta por el pueblo, que es precioso por su verdor, casas tradicionales, playas, galletas, (aprovechar para comer en un lugar tradicional o típico) y sin olvidarnos de visitar los espectaculares Jardines de Hasedera. El lugar más conocido es el Daibutsu (Templo Kotokuin) donde se puede admirar el Gran Buda de bronce de más de 11 metros de altura y 120 toneladas (el segundo más grande de Japón tras el de Nara y que originalmente estaba cubierto por láminas doradas) sentado en un pedestal. Antes estaba cubierto por un edificio que fue arrasado por un tifón en 1495 y la estatua fue lo único que quedó en pie. Desde entonces está al descubierto. Otro aliciente de la visita es que podemos visitar su interior por unos 20 yenes, ya que está hueco. A la derecha, podemos ver colgadas en la pared las "sandalias" gigantes de "Buda".

    

JARDINES DE HASEDERA
Una vez visitado el templo del Gran Buda y tras disfrutar de una maravillosa comida (Gyoza, carne de cerdo y Shoyu), en un restaurante típico de la zona que se encuentra junto a la estación, nos dirigimos hacia el Templo de Hasedera y sus espectaculares jardines. Hasedera es un antiguo templo que fue fundado en el año 736, y a veces se llama “Hase-Kannon”, por la deidad principal del templo. Está a unos pocos minutos del templo del Gran Buda sentado por lo que lo convierte en uno de los destinos obligados y más turísticos además de bonito de la ciudad de Kamakura. Las instalaciones del templo están divididas en las áreas superior e inferior. La parte inferior alberga un jardín con un estanque en el medio, y el área superior es donde se encuentra el gran Salón del Kannon y otros salones.

Una de las primeras cosas que vemos al entrar al templo es su preciosa vegetación, especialmente si visitamos el templo en junio y julio, aunque debido a su variada flora dará igual la época del año que lo visites que seguro que no te va a defraudar y te dejará sin palabras. Si habéis tenido en mente alguna vez algún jardín típico japones este es el lugar idóneo para visitarlo, y conocerlo a fondo, de una manera natural caminando por agradables senderos, disfrutando de sus preciosas  cascadas, sus estanques con múltiples peces de colores, sin dejar de sorprenderte en cada esquina con una enorme variedad de plantas y  vegetación de una gran belleza.



En un lateral de los jardines nos encontramos con un bello templo precedido por una puerta Torii y ubicado en una pequeña cueva. Ya desde la propia entrada nos vemos gratamente sorprendidos al encontramos rodeados de velas con los más variados olores, incluso en varios tramos de la cueva tenemos que agacharnos porque debido a las dimensiones de la misma no podemos avanzar de pie. Dentro de esta pequeña cueva podemos observar varias esculturas de distintos tamaños del propio Buda y una pequeña fuente interna en la que puedes echar monedas para tener suerte.
Tablas de Buda


Vemos que este es un lugar muy espiritual, donde en las cavidades hay altares, llamándonos la atención uno dedicado a la Diosa Kannon, que es una de las deidades más budistas más populares de Japón. Rodeada de numerosas figurillas dejadas por las madres que acaban de tener un recién nacido, o aquellas otras que dentro de poco van a ser madres, pidiendo que el parto vaya bien y el niño venga con suerte. A lo largo del camino vemos varios templos y cementerios con figurillas para realizar las ofrendas y en el templo principal del Jardín vemos las famosas "Tablas de Buda"donde por medio de un mecanismo se hacen girar mientras se reza una oración- son parecidas y tienen un significado muy similar a nuestras tablas de los diez mandamientos-. La Colección Completa de las Escrituras se encuentra contenida aquí, y a medida que va girando el poste, puedes leerlas todas. Durante varias veces al año, se da la oportunidad a todo el mundo que lo desee, de poder girar este enorme poste... 



De acuerdo con la leyenda, en el año 721 un monje, "Tokudo Shonin" descubrió un árbol sagrado de gran tamaño, cerca de la villa de Hase en la región de Nara, con la madera del gran árbol, talló dos impresionantes esculturas de Kannon. La estatua realizada con la parte baja del tronco fue consagrada en el Templo de Hasedera en Nara y la escultura tallada con la parte alta, tras una ceremonia, fue arrojada al mar. La noche del 18 de junio del año 736, quince años más tarde, la estatua de Kannon fue encontrada en la playa de Nagai, trasladándola a Kamakura, donde se construyó un templo en su honor. Se cree que el Salón Amida fue construido por Minamoto Yoritomo, el primer shogun del Periodo Kamakura, para alejar el mal, la estatua de este salón trae suerte.

Al entrar al templo, una de las cosas que  más nos llama la atención es la cantidad de figurillas Jizo que han sido colocadas por todo el templo. Suelen estar en el nivel intermedio del templo, sestas pequeñas estatuillas han sido colocadas por los padres y representan la muerte de los hijos recién nacidos. No obstante, a pesar de estas estatuas un tanto macabras, el "Hasedera" es un templo fantástico, con unos jardines y unos edificios maravillosos, de esos que merece la pena pasarse un buen rato explorando...


Al ir paseando por la zona principal del templo y por sus hermosos jardines nos va llamando la atención una gran multitud de detalles según lo vamos recorriendo: jardines hechos de "bambú", hermosas tallas, la campana del templo y hasta un pequeño santuario sintoísta. Los Jardines son de una gran belleza y están cuidado al máximo hasta el más mínimo detalle y con la más absoluta precisión, en perfecta armonía con la naturaleza, suponen una delicia para la vista y el espíritu. Para terminar y aprovechando que estamos en la parte superior del templo, echamos un vistazo desde el mirador donde observamos todo la ciudad, la bahía y el mar.





 * Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de (Fotografías e ilustraciones originarias de Pedro García Barbudo).

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